lunes, 2 de mayo de 2011

Diario+Reflexiones: De salones manga y demás cosilias

No, no pensaba pasarme este año por el Salón Manga de Jerez.
Básicamente porque para mí está agotado; ha pasado de ser un sitio de encuentro para que gente con los mismos gustos se sienten juntos y hablen entre ellos sin tapujos aun no conociéndose, simplemente unidos por esa afición, que se manifiesta en su máximo estado en ese sitio donde se combinan muchos aspectos de la cultura japonesa (y además, claro está, también tenemos el aspecto capitalista de los stands y el merchandising y tal... pero eso siempre va a formar parte de los salones manga, es más, yo diría que es una parte vital e imprescindible...) a ser simplemente un hervidero de gente (ejemmuchosniñospequeñosejem) queriéndose lucir (ya sea por cosplay, por parapara, por competir por a ver quién lleva el modelito más caro al Salón Manga, que si Alchemy Gothic, que si Hell Bunny... etc). Al menos, eso me parece a mí.
No niego que aún exista gente que simplemente va a divertirse, porque de verdad les gustan los salones manga, y no a echar malas miradas a nadie, pero bueno...son pocos, hacedme caso que son pocos.

Aunque también creo que el hecho de que ahora, cada vez que pienso en que un salón manga está próximo me empiece a fluir hiel por las venas, es el simple hecho de haber crecido, haber ampliado mis horizontes muchísimo más en respecto a gustos, en respecto a mi concepción de la gente... no sé, todo lo que conlleva crecer como persona en conjunto.
Pero creo que sobre todo es a causa de la tolerancia. Una tiene trece años, tiene una concepción del mundo y de la gente muy distinta de la que tienes ahora; estás intentando forjarte una personalidad propia en esos años de la vida, y muchos como yo tiramos hacia el lado de lo que hoy la gente llama... ser heavy.

Sí, te sientes diferente a los demás y eso está bien, aunque haya veces que te sientas terriblemente sola e incomprendida... luego llegas, conoces gente igual que tú (que se vista igual, que le guste lo mismo que a tí, la misma música... todo eso, vamos), vas a un salón manga y te sientes en el paraíso.
Yo sinceramente pienso que en esa época muchos somos (me incluyo, sí) unos nazis de la personalidad impresionantes; quiero decir, que cumplimos a rajatabla e incluso hacemos a los demás cumplir una serie de requisitos para poder ser de tal manera... y en el caso de que no los cumplan, los miramos con odio, los criticamos, decimos que son unos "pegatinas"  (así les dicen aquí).

Pero a medida que creces... se da (o al menos debería darse) que amplías, como he dicho antes, tus horizontes, dejas de limitarte a fijar tu mirada en una sola cosa, sales de ese cuadrado invisible que te has impuesto en tu cabeza y te vas dando cuenta de que existe algo mucho más allá de todo aquello; algo más grande. Cosas que antes rechazabas, muy seguro de saber porqué (cuando era todo lo contrario) y que ahora te das cuenta de que son lo que más te gusta en el mundo. Y entonces dices: "Jo, ojalá hubiera sabido de esto antes..."

Eso es crecer como persona; es a partir de ese momento, cuando dejas de intentar una y otra vez ser un estereotipo, y realmente te cuestionas "¿Cómo soy yo realmente?". Evidentemente, el paso anterior es fundamental para pasar a esta fase en la que empiezas a ser tú mismo realmente.

Evidentemente, existen excepciones: gente que desde siempre tiene una concepción sólida de sí mismo, de su personalidad, y que a pesar de meterse en este "mundillo", como le digo yo, mantiene una barrera invisible entre las exigencias que normalmente esta gente impone y sí mismo, pues tiene muy claro lo que quiere, lo que le gusta, y sabe que no va a renunciar a una cosa que le gusta por otra cosa que también le gusta.

Pero por otro lado, existen otro tipo de personas que son tardías, ellos simplemente... se quedan en la intolerancia, se quedan atascados en ese cuadrado y no salen de él. Hablando claro... gente a la que le hablas de cómics que no sean manga e inmediatamente te miran con cara de asco. Gente a la que le enseñas un tipo de música que no tenga que ver con el metal y te vuelven a mirar con cara de asco. Cosas así... El hecho de no aceptar otra cosa que no sea a lo que siempre has estado acostumbrado, el simple hecho de no ser tolerante, de no darle una oportunidad a todo aquello fuera de ese cuadrado.

Y es que cuando año tras año he pisado el Salón Manga, he ido los tres días, respetándolo como si fuera una celebración sagrada...y no sólo he ido al de tu ciudad, sino también a los de otras... y llego, y me veo cómo va degenerando la cosa, como ésa "magia" del principio, esa sensación de "estar como en casa" que me inundaba el cuerpo cada vez que entraba en el recinto ya no está... es cuando me di cuenta de que eso, ya, no era lo mismo. Porque he conocido cosas que me merecen más la pena, que me gustan más, que me hacen sentir más identificada y más a gusto. Le he dado una oportunidad a todo aquello a lo que no me abrí en aquellos momentos y ahora forman una parte importante de mi personalidad. Con tolerancia.

Y esque cuando llevas viendo las mismas figuras de Dragon Ball, en el mismo stand, durante 5 años seguidos... te das cuenta de que no sólo tú has cambiado, sino que todo lo que está alrededor tuyo... también. Por mucho que no lo parezca.
(ACLARO: Esta es mi opinión... MIII opinión... no me liiiinchen, no me liiiinchen... Hablo de mi caso, es decir; de lo que me ha pasado a mí y de lo que está en mi cabeza. Lo que he experimentado a través de mi vida. NO estoy generalizando, aunque lo parezca. Tampoco estoy diciendo que las personas a las que les gusta el salón manga no sean maduras ni hayan progresado como personas, cuidao)

Bueno venga, y básicamente, después de esta perogullada enorme, lo que venía a decir es que ayer, domingo, el día que supuestamente hay menos gente, sí que fui. Pensaba quedar guay escribiendo en el blog algo así como... "PUES NO, NO HE IDO AL SALÓN MANGA, PORQUE SOY ASÍ DE CHULA"... pero bueh. Mi hermana pequeña quería ir, así que la acompañé.
¿Qué voy a decir? Que fue lo mismo de todos los años. ¿Me lo pasé bien? Bueh. Sí, podría decirse que sí.


Bueno, ahora voy al quid de la cuestión (del post) que es, como siempre, chulear de lo que me he comprado. Porque soy así de guay.

No, ya en serio. Estoy eufórica. Me he comprado... una cosa impresionante. Es algo tan, tan, tan... TAN, que ni siquiera deberá venderse... y menos a ese ridículo precio (eh, en sentido figurado... no lo vendáis más caro, coño, que ya es suficiente).
Una de las cosas más bellas que he visto en mi vida. Una fuente de genialidad impresionante... que ahora está en mis manos. Todavía no me lo puedo creer, y tampoco puedo creer que lo haya encontrado... Estaba predestinado, el destino quiso que nos encontráramos. ÉL VINO A MÍI, ÉL VINO A MÍIIIIIIIIII... (Te quiero, Spielberg... siempre me haces llorar con E.T., joder). No quise quitarle el plástico durante un buen rato, para que el oxígeno de la atmósfera no profanara la cubierta... (VENGA YAA, DÉJATE DE GILIPOLLECES):

La cámara de la DSi sólo capta un ápice de su maravillosidad (¿os gusta mi colcha?)
Ahora desde otro ángulo:
Todavía no le había quitado el plástico, para que se conservara puro.
Se aprecia bien su grosor y el plástico todavía sin quitar.
Éste es el Comediante de cerca, que no sé porqué le eché una foto. Ah, y el paquete de Búho Nocturno II.
Ahora todos y un pezón de Jon.
Ahora yo en éxtasis:
Toda mi cara expresa lo feliz que estoy... ¿verdad? y que el plástico pincha.

Y ahora, para terminar, ya una vez desenvuelto:
Está en el cojín de la silla, para que no le pase nada.

Ains, qué feliz que estoy. En serio que me lavo las manos a conciencia cada vez que voy a leérmelo. Dios... menos mal que nadie me lo regaló, porque si me llegan a dar una sorpresa con esto... me da un infarto.

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